domingo, 16 de diciembre de 2012

MITOLOGIA GRIEGA CREACION DEL MUNDO

CREACION DEL MUNDO

En un principio solo existió el Caos. De el surgió Erebo (las tinieblas y oscuridad) y Nicte (la noche). Estos eran los tres Entes.


Del Caos surgió luego Tártaro (el infierno).

De la unión de Erebo y Nicte, nació Eros (el amor), Eter (la luz) y Hemera (el día), y de la unión de Eter y Hemera apareció Gea (la Tierra). En lo más profundo de Gea se situó Tártaro, pero en forma independiente.

Nicte, en soledad, dio origen a Momo (el sarcasmo), Ponos (la pena), las Moiras (personificaciones del destino; Cloto, la que hila; Láquesis, la que asigna el destino; y Antropo, la inflexible), Tánatos (la muerte), Hipnos (el sueño), Némesis (la venganza), Apate (el engaño), Filotes (la ternura), Geras (la vejez), Eris (la discordia) y Oizís (la angustia), y otros fenómenos que llegan hasta el hombre desde la oscuridad de la noche.

Gea, dio origen a Urano, los cielos, y a Ponto, las aguas.


De la unión de Ponto y Gea nacieron Nereo (hijo mayor, dios leal y dulce, del mar benéfico, padre de las Nereidas con la Oceánide Doris), Taumante (se unió a la Oceánide Electra, y engendraron a Iris, diosa del arco iris, consejera y mensajera de los dioses (generalmente de Hera); y las Arpías Aelo (viento tempestuoso), Ocípete (viento velóz) y Celeno (la oscura), las ladronas despiadadas y crueles, que raptan a las personas, y las arrastraban por las tierras subterráneas hasta el Tártaro) a Forcis y Ceto (juntos engendraron a las Górgonas: Esteno, Euríale y Medusa (la Górgona de excelencia, por ser la única mortal; madre de Equidna); y a las Grayas: Enio, Pefredo y Dino, quienes tenían un único ojo y diente para las tres que los compartían por turnos) y a Euribia (esposa de Crió).

Urano se hizo esposo de Gea y se unió a ella cubriéndola completamente. De su matrimonio surge la Primera Generación Divina.

De su unión nacieron los Titanes: Océano (Titán del río que circunda el mundo), Ceo (Titán de la inteligencia), Hiperión (Titán del fuego de los astros), Japeto (Titán ancestro de la humanidad), Crío y Crónos (Titán del tiempo y la tierra fecunda); las Titánides: Febe (Titánide brillante, esencia luminosa), Mnemósime (Titánide de la memoria), Rea (Titánide madre y reina de los dioses), Temis (Titánide de las leyes de la naturaleza y el orden divino), Tetis (Titánide del mar y de las aguas fecundas), Tea (la divina de amplio brillo); los Cíclopes (gigantes de un ojo) Arges, Brontes y Esteropes; y los Hecatónquiros (gigantes de cien brazos y cincuenta cabezas) Coto, Briaero y Giges.

Océano se unió con Tetis y engendraron a todos los ríos del mundo (3000) y las ninfas Oceánides, que representan, lagos, arroyos, etc. (3000). Entre las Oceánides están Clímene (esposa de Japeto), Electra (esposa de Taumante) y Doris (esposa de Nereo).

Hiperión se unió a Tea y engendraron a Helios (el sol), Selene (la luna) y Eos (la aurora).

Ceo se unió a Febe y engendraron a Leto (quien mas tarde es madre de Apolo y Artemisa) y Asteria (madre de Hécate, cuyo padre es Perses).
Japeto se unió a Clímene (una de las 3000 Oceánidas, hijas de Océano) y engendraron a Atlas (quien se une a la Oceánide Pleyone, y da a luz a las 7 pléyades; y se une a Hesperis, dando a luz a las Hespérides, las ninfas del jardín del oeste), Prometeo, Epimeteo y Menecio.

Crío se unió a Euribia (hija de Ponto) y engendraron a Astreo (padre de los vientos (el veloz Bóreas del norte, el purificador Zéfiro del oeste, el Noto y Euro), padre de la estrella de la mañana (Eósforo; padre de Hesperis, el atardecer) y padre de los demás astros y estrellas, quienes tuvo junto a Eos), Palante (junto a la Oceánide Estigia (laguna del infierno, la mayor de las Oceánides), tuvo a Bía, la violencia, Crates, el poder, Nice, la victoria y a Zelo, la emulación) y a Perses (el mas sabio entre sus hermanos y junto a Asteria, fue padre de Hécate, diosa de los terrores de la oscuridad)


Urano se avergonzó de sus hijos menores (los Cíclopes y Hecatónquiros) y los encerró en Tártaro (el infierno). Pero Gea amaba a sus hijos de todas formas así que comenzó a conspirar contra Urano. Pidió ayuda a los Titanes, pero solo Cronos estuvo dispuesto a ayudarla.

Cronos encontró a Urano confiado en los brazos de Nicte (la noche) y lo castró. De la sangre que salpicó de los testículos, surgieron los Gigantes (Alcioneo, Clitias, Encélado, Equión y Athos), las Erinias (deidades primitivas que habitan en Erebo; son Alecto, la colérica; Mégara, la celosa; y Tisífone, la vengadora del crimen), y las Melias (ninfas de los fresnos, las mas antiguas). Cronos arrojó los genitales de Urano al mar y de la espuma que se levantó surgió Afrodita (diosa del amor).


Tras ser derrotado Urano (gracias a la ayuda de los Hecatónquiros y Cíclopes liberados por Cronos), fue encerrado en Tártaro. Luego Cronos volvió a encerrar a los Hecatónquiros y a los Cíclopes.

Cronos se casó con su hermana Rea y subieron al trono como reyes de los dioses, formando así la Segunda Generación Divina.

Junto a ella engendró varios hijos: Hestia (diosa virgen del hogar y la familia), Démeter (diosa de la tierra y la agricultura), Hera (diosa del matrimonio), Hades y Poseidón. Pero en cuanto nacían se los tragaba, ya que Gea y Urano habían profetizado que sería destronado por uno de sus hijos.


Rea, apenada por esto, justo cuando iba a nacer su sexto hijo, se escondió en la isla de Creta. Ahí dio a luz a Zeus.
Para engañar a Cronos, le dio una piedra envuelta en pañales. Cronos sin desconfiar, se la tragó enseguida.

Zeus, escondido en Creta, fue criado por unas ninfas y amamantado por la leche de la cabra Amaltea. La cuna de Zeus colgaba de un árbol, ya que así, Cronos no lo encontraría en cielo, mar, ni tierra.
Alrededor de su cuna estaban los Curetes (sacerdotes guerreros), quienes cuando Zeus lloraba, bailaban y hacían sonar sus armas para que Cronos no escuchara su llanto.

Zeus ya adulto, consigue provocar que Cronos vomite a sus hermanos. Libera también a los Hecatónquiros y a los Cíclopes que estaban encerrados en Tártaro.
Así se forma una guerra entre los Titanes y los Dioses Olímpicos. La Titanomaquia.

Los Titanes eran comandados por Cronos y los Olímpicos eran comandados por Zeus (quien contaba con la ayuda de los Cíclopes, quienes dieron el rayo a Zeus, un Tridente a Poseidón, y el Casco de Invisibilidad a Hades; y los Hecatónquiros, que lanzaban cien piedras a la vez con sus cien manos cada uno).

Los Olímpicos rápidamente lograron derrotar a los Titanes. Cronos y sus aliados sobrevivientes fueron encerrados en Tártaro, y los Hecatónquiros quedaron a cargo de vigilarlos. Zeus castigó duramente a Atlas (uno de los cabecillas de los Titanes durante la guerra, hijo de Japeto) y fue condenado a cargar los cielos y la tierra sobre sus hombros. Zeus se convirtió en el nuevo rey de los Dioses.

Se dividió el mundo con sus hermanos Poseidón y Hades. Se lo repartieron al azar poniendo el cielo, el mar y el inframundo en un yelmo. A Zeus le correspondió el cielo, a Poseidón el mar (por lo que se considera dios del mar y los océanos), y a Hades, el inframundo (por lo que se considera dios de los infiernos). La tierra y Olimpo se consideraron territorio común a los tres.

Zeus se unió entonces a Hera (diosa del Matrimonio) formando así la Tercera Generación Divina.


De su unión nacieron Ares (dios de la guerra, padre, junto a Afrodita, de Deimos, el terror, Fobos, el temor, Harmonía, la armonía y la concordia), Hefesto (dios del fuego y de la herrería, - fue un hijo deforme por lo que fue arrojado por su madre fuera del Olimpo, y fue criado por unas Nereidas - padre de Erictonio, Crecops y Caco), Hebe (diosa de la juventud, encargada de servir el néctar que impide envejecer a los dioses), e Ilitía (diosa de los partos y alumbramientos).

Zeus, es padre de Atenea, quien nació luego de que Zeus se tragase a la Oceánide Metis (quien estaba embarazada) ya que un oráculo predijo que si ella daba a luz, nacería un niño que lo destronaría. Tiempo después de esto, Zeus sintió un gran dolor de cabeza, por lo que Hefestos le abrió el cráneo para curarle de sus dolores, y de la herida nació Atenea, ya adulta.

Zeus se unió a Leto (Hija de Ceo y Febe). Hera, al saber que Leto estaba embarazada, pidió a Gea que engendrara a un monstruo que la persiguiera y mortificara. Así Gea da a luz a la serpiente Pitón. Leto huía de Pitón por todo el continente, hasta que llego a una desolada isla y ahí dio a luz a Apolo (dios de la luz solar, las artes y símbolo de la belleza masculina) y a Artemisa (diosa de la luz lunar, la caza y el reino animal).

Zeus se unió a Maia (la mayor de las 7 Pléyades, hijas de Atlas y Pleyone). Juntos engendraron a Hermes (el mensajero de los dioses, símbolo de la astucia y la movilidad; padre de Pan, el dios de los pastores y de los rebaños, a quien engendró junto a una ninfa).

Zeus se unió a la titánide Temis, y juntos engendraron a las Horas (representantes del orden de la naturaleza y del orden social; Eunomia (el orden), Diké (la justicia) e Irene (la paz).

Zeus se unió a la Oceánide Eurínome, y juntos engendraron a las Gracias (diosas de la elegancia y la alegría; Aglaya, Eufrósine y Talía).
Zeus se unió a la titánide Mnemósime, y juntos dieron a luz a las Musas (deidades de las artes y ciencias; son nueve, Euterpe (de la música y el canto), Calíope (de la poesía épica y la elocuencia), Clío (de la historia), Erato (de la poesía lírica y amorosa), Melpómene (de la tragedia), Polimnia (de los cantos sagrados o himnos, retórica y pantomima), Terpsícore (de la danza y el baile), Talía (de la comedia) y Urania (de la astronomía).

Deméter dio a luz a Perséfone, que un día se encontraba recogiendo flores en una pradera cuando se abre el suelo y Hades la rapta. Deméter busca a su hija perdida, y Helios (el sol, que todo lo ve) le cuenta lo que ha sucedido). Zeus envió a Hermes a buscar a Perséfone. Perséfone fue liberada, pero Hades le dio seis semillas de granada, lo cual la obliga a regresar seis meses de cada año al inframundo con su esposo Hades. En estos seis meses, el suelo es estéril, pero cuando regresa a su madre, el suelo florece de vegetación.

Hades no tuvo descendencia con Perséfone, pero su poderío no era menor ya que es el soberano rey del mundo subterráneo. Cuando un muerto es sepultado, Hermes (el mensajero de los dioses) lleva las almas y las deja a cargo del barquero Caronte (viejo inmortal hijo de Erebo y Nicte) el que transporta a los fallecidos por los ríos subterráneos del infierno y por ese viaje pide un pago, por lo que se solía dejar una moneda bajo la lengua de los cadáveres. En el mundo subterráneo es circundado por el río Estige, que está compuesto por varios ramales; el río Aqueronte (río de la tristeza y del dolor, en cuyas orillas vagan los que no recibieron sepultura), río Cocitos (río de los lamentos, formado por las lágrimas de los malvados; afluente del Aqueronte), río Flegetonte (río del fuego, que llega hasta el Tártaro), río Lete (río del olvido, del que al beber de sus aguas perdías la memoria y todo recuerdo era olvidado). Caronte lleva las almas por el Estige, el que vierte sus aguas en la laguna Estigia (Oceánide). Al atravesar la laguna, llega a las puertas del Infierno, las que guarda el monstruoso canino Cerbero. Al cruzar las puertas, está la llanura de Asfódelos, lugar gris y nebuloso con árboles de ramas inclinadas hacia el suelo. Más allá se encuentra situado el Erebo, las tinieblas y la oscuridad, en donde se encuentra el palacio de Hades y Perséfone. Antes de los límites del palacio real, se encuentra el Palacio de justicia, donde los espíritus son juzgados por un tribunal formado por Eaco, Minos y Radamantis. Según su juicio, los espíritus seguían uno de los tres caminos. Si no son juzgados como bondadosos ni como malvados, permanecen vagando en los campos de Asfódelos. Si son considerados como bondadosos, son enviados, a través del río Aqueronte, a los campos Eliseos, un lugar apacible donde habitan las buenas almas y las de los héroes, y los espíritus pueden vivir en felicidad. Si son considerados como malvados, son enviados a través del río Flegetonte hasta el Tártaro, un lugar de penas y condenación eterna.

Poseidón se unió a la Nereida Anfitrite (su esposa), y tuvieron a Tritón (fiel acompañante de su padre; con cuerpo de hombre y cola de pez; quien hace sonar la caracola marina anunciando la llegad de Poseidón).
Poseidón fue padre también, junto a Gea, de Caribdis (monstruo que vivía bajo unas rocas y tres veces al día tragaba enormes cantidades de agua).
Fue padre también del cíclope Polifemo, con una ninfa; padre del gigante Orión, junto a la górgona Euríale; y fue también padre de Pegaso y Crisaor, junto a la górgona medusa. Ellos se unieron (cuando Medusa era antes una bella mujer) en un templo dedicado a Atenea, quien al descubrirlo, encolerizada la convirtió en un monstruo con cabellos de serpientes y que al mirarla te convertía en piedra. Perseo al cortarle la cabeza, de la sangre brotaron Pegaso (el caballo blanco alado) y Crisaor (el guerrero de la espada de oro).

Poseidón es también padre de Teseo, quien posee doble paternidad ya que su madre Etra se unió a Poseidón y a Egeo (rey de Atenas).
Teseo, amigo de Heracles, se ofreció a ir a Creta, que cada año pedía tributo a Atenas (siete jóvenes y siete doncellas) para alimentar al Minotauro que ahí se encontraba encerrado en un laberinto. Teseo propuso al rey Minos (quien al morir se convierte en juez del Palacio de Justicia del mundo subterráneo) que si lograba acabar con el monstruo, los jóvenes quedarían libres y Atenas exenta del tributo. Minos aceptó.
La principal preocupación de Teseo era la forma de salir del laberinto, pero fue ayudado por la hija de Minos, Ariadna, quien le dio un ovillo de hilo para que no se perdiese en el interior de ese lugar, gracias a lo cual logró matar al monstruo.

A pesar de la victoria de Zeus contra los Titanes, aún no podía sentirse seguro.
Gea entristecida por la derrota y prisión de los Titanes, sus hijos, sublevó a sus otros hijos, los Gigantes, y los incitó a que se vengaran y conquistaran el monte Olimpo, produciéndose así otra guerra, la Gigantomaquia.
Esta guerra fue muy extensa, y habría durado más si los dioses no hubieran contado con la ayuda de Heracles (hijo de Zeus y la mortal Alcmena). Finalmente, gracias a la ayuda de Heracles, los dioses Olímpicos lograron obtener la victoria contra los Gigantes.


Gea, entristecida por no haber podido disfrutar de la infancia de sus hijos, dio a luz a Tifón, su último hijo, a quien tuvo junto a Tártaro. Tifón es un ser monstruoso, más alto que cualquier montaña, que en vez de dedos tenía cabezas de dragón, de cintura hacia abajo estaba formado por serpientes, poseía alas y sus ojos despedían fuego y víboras.


Tifón se unió a Equidna (hija de Medusa) y dieron a luz Cerbero (perro de tres cabezas y cola de serpiente, guardián de las puertas del Infierno), la Hidra de Lerna (monstruo con cuerpo de perro y nueve cabezas de serpiente), la Quimera (monstruo con cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de serpiente) y a Ortro.
A su vez, Ortro se unió a su madre Equidna y fue padre de Esfinge (monstruo con cara de mujer, cuerpo de león y alas de rapaz) y al León de Nemea (bestia de piel invulnerable a las armas y al fuego).


Zeus se vio forzado a hacerle frente a Tifón y así comenzó otra guerra, la Tifonomaquia.

Zeus concentró todas sus fuerzas en uno de sus rayos y se lo lanzo al monstruo. Ardieron todas sus cabezas, y Zeus logró vencerlo lanzando infinitos golpes, y luego fue enterrado en Sicilia.


A partir de ese entonces quedó definitivamente consolidado el poder y la autoridad de Zeus sobre los dioses del Olimpo.

Paralelamente a estos sucesos, se produce la creación de la Humanidad.
Zeus pidió a Prometeo (hijo del Titán Japeto) que fabricara un muñeco, el que hizo de arcilla a semejanza de los dioses, y Atenea le sopló aliento de vida, luego de lo cual, el hombre abrió los ojos al mundo.
El hermano de Prometeo, Epimeteo, creó también criaturas para poblar la tierra, y prefirió la cantidad, por lo que creo muchas criaturas y a cada una le dio diferentes dones. Cuando Prometeo terminó su difícil tarea, Epimeteo ya había usado todos los dones, y el hombre quedo desnudo, sin abrigo e indefenso. Prometeo, triste al ver su creación, decidió favorecer al hombre robando el fuego de los dioses. Trepó al monte Olimpo y robo fuego del carro de Helios (que cada día conducía su carro de oro proporcionando luz) para entregárselo a los hombres.

Zeus decidió castigar a los hombres que habían aceptado el regalo de su benefactor, y ordenó a Hefesto que modelara una mujer de barro y a todas las diosas que la vistieran y engalanaran. Hefesto hizo a la mujer bella, y fue llamada Pandora (la que tiene todos los dones). Antes de enviarla, Zeus le dio un cofre y le dijo que contenía muchos bienes y presentes para Prometeo, pero le advirtió que no la abriera (ya que verdaderamente contenía males y pestes). Hermes la condujo hasta Prometeo, quien, astuto y precavido, la rechazó, y advirtió a su hermano que, tal como el había hecho, no aceptara regalo alguno de Zeus.
Zeus, enfurecido al ver como sus planes fracasaban, castigó a Prometeo, el que fue encadenado a unas rocas en el Caucaso, donde un águila iba y le comía el hígado, y al ser inmortal, se regeneraba y se repetía la tortura cada día.

Epimeteo, sin embargo, se enamoró perdidamente de Pandora, y aceptó la caja como dote. Pandora no pudo contener su curiosidad por la caja, y la abrió. Salieron todos los males y dolores que hoy asechan a la humanidad. Pandora trato de cerrarla, pero no pudo, y al salir todos los males, miró dentro y solo quedaba lo único positivo de la caja, la Esperanza.

Las generaciones de hombres pueden dividirse en edades o razas.
La primera edad fue la raza de oro. Fueron los primeros hombres, a partir del que creara Prometeo. Vivían si preocupaciones, sin trabajar, sin fatigas ni miserias, sin vejez ni miedo a la muerte.
La segunda edad fue la raza de plata. En esta edad, surgen las estaciones, el hombre conoce el frío y el calor, y debe de trabajar para poder alimentarse.
La tercera edad fue la raza de cobre. Esta edad fue más salvaje, en la que la lucha se vuelve costumbre y las diferencias se arreglan a golpes.
La cuarta edad fue una segunda parte de la raza de cobre, y fue la raza de héroes, en la que los hombres eran mas nobles y generosos, pues los dioses los engendraron en mujeres mortales, y era semidioses. Lucharon gloriosamente y al morir, sus espíritus habitaron los campos Eliseos.
La quinta y última corresponde a la raza actual, la raza de hierro y es la peor. Las guerras estallan incesantemente, se violan los derechos y el hombre es injusto, cruel y traidor.

Zeus observaba la evolución del hombre, y no le gustaba lo que veía. Decidió arrasar a la humanidad, y tomó uno de sus rayos para lanzarlo hacia la tierra y así destruir a los hombres mediante el fuego, pero se dio cuenta de que una conflagración así ponía en peligro los propios cielos y al Olimpo. Finalmente decidió borrar a la humanidad mediante un gran diluvio. Provocó una gran tormenta, y llamo a su hermano Poseidón, el que movió su tridente con tal fuerza que provocó olas gigantescas. Castillos, hombres y animales fueron barridos por las aguas embravecidas.
Deucalión (hijo de Prometeo y la Oceánide Clímene) que había visitado a su padre en el Caucaso anteriormente, fue advertido por Prometeo que debía construir un arca para sobrevivir a la inundación. Deucalión y su esposa Pirra (hija de Epimeteo y Pandora) sobrevivieron al diluvio, y arribaron al Monte Parnaso que se levantaba sobre las aguas. Ambos se encontraron desconsolados sin saber que hacer ante semejante devastación. Temis (la Titánide de la ley y del orden) se les presentó y le dijo que se cubrieran la cabeza y que arrojaran hacia atrás los huesos de su madre. No comprendieron la indicación, ya que ambos poseían distintas madres, y no deseaban profanar los restos de ninguno de sus padres. Deucalión comprendió mas tarde que Gea es la madre tierra de todos, y las piedras son sus huesos. Cumplieron el mandato, se cubrieron las cabezas, y tomando numerosas piedras y las arrojaron tras ellos mientras caminaban. Todas las que arrojó Deucalión se convirtieron en hombres, y las que arrojó Pirra en mujeres. Y así la tierra fue poblada por una nueva raza de hombres.

Zeus se unió también con muchas mortales.
Zeus unió a Sémele (hija de Harmonía y Cadmo, rey de Tebas), y juntos engendraron al único dios olímpico hijo de una mortal, Dionisos (dios del vino).

Zeus se unió a Dánae (hija de Acrisio, rey de Argos), y engendraron a Perseo. Cuando Dánae nació, un oráculo advirtió a su padre, que su nieto, hijo de Dánae, lo mataría. Por esto, Acrisio encerró a su hija en una torre, que solo tenía una abertura hacia el cielo para que entrara aire y luz. Zeus burló el encierro, se transformó en lluvia de oro. Entró por la abertura y fecundó a la prisionera, quien llamo a su hijo Perseo. Acrisio al enterarse de esto, arrojó a Dánae y a su hijo al mar, encerrados en un cofre. El cofre llegó a una isla donde un pescador los rescató y acogió, y pudo Perseo crecer feliz. El rey de esa isla, Polidectes, se enamoró de Dánae, pero esta se negó a casarse con el, y Polidectes no podía tomarla a la fuerza tampoco mientras Perseo, ya adulto, la protegiera. El rey anunció su boda con otra mujer, y pidió a Perseo que, como regalo, le trajera la cabeza de medusa, convencido de que Perseo no regresaría vivo.

Perseo recibió ayuda de Atenea, quien le enseñó sobre Medusa y sus peligros, y le entregó un brillante escudo.
Recibió de Hermes una afiladísima espada para cortar la cabeza de la Górgona.
Recibió también el casco de invisibilidad de Hades, un zurrón mágico, y las sandalias aladas de unas ninfas.
Perseo se dirigió a las Grayas, hermanas de las Górgonas, y les arrebató su único ojo y diente, obligándolas a confesar donde residía Medusa a cambio de su ojo y diente.
Logró introducirse a la residencia de las Górgonas. Usando el escudo como espejo, logró cortar la cabeza de medusa sin tener que mirarla. De su sangre surgieron Pegaso y Crisaor.

De vuelta a su hogar se hizo esposo de Andrómeda.
Al llegar a la isla donde había crecido, se encontró con que su madre escapaba y se escondía del acoso de Polidectes. Perseo le mostró la cabeza de medusa y quedó petrificado.

Zeus se unió a Alcmena (mujer del general de Tebas Anfitrión), y juntos engendraron a Heracles, el fuerte y valeroso héroe. Al ser Alcmena descendiente de Perseo, Zeus se jactó de ser padre del próximo rey de Argos. Hera irritada por la infidelidad de Zeus, pidió a Ilitía que retrasara el nacimiento de Heracles, y adelanto el nacimiento de Euristeo, quien sería hijo de Esténelo, que también era descendiente de Perseo.
Al nacer Euristeo antes que su primo Heracles, recibió la corona de Argos.

Hera, aún implacable en su odio hacia Heracles, le envió desde los cielos, un ataque de locura, durante el cual mató a algunos de sus hijos y sobrinos. Deseó suicidarse, pero un oráculo le comunicó que podía pagar su delito haciéndose sirviente de se primo Euristeo, quien inspirado por Hera, le encomendó doce difíciles pruebas, los doce trabajos de Heracles

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